El espacio público actual de la avenida Beethoven, en Bello Monte, es el resultado de las zonificaciones modernas, conformado por aceras de poco ancho con tramos confinados entre muros ciegos, áreas de estacionamientos para comercios y algunos retiros de frente con pavimentos diferenciados, como zonas intermedias entre la calzada el edificio de usos mixtos (viviendas y comercio). Casi desprovistos de vegetación alta y con algunos comercios de cortos usos horarios -a excepción del expendio de licores y un par de restaurantes hacia el final de la avenida, cercanos a la calle Caurimare– la vida pública de la avenida Beethoven fenece junto con el crepúsculo.

Entre las actividades que ocurrieron en la Plaza San Francisco, destaca la conformación de una feria integrada por seis Foodtrucks alternados con dos kioskos existentes; con una oferta gastronómica variada: hamburguesas, helados y postres; pescado y papas; bebidas y cócteles; choripanes y shawarmas. El espacio frontal del edificio sirvió como área de apoyo donde se desplegaron sombrillas venecianas, mobiliario e iluminación temporal. Así mismo, se dispuso un área de lectura e intercambio para los niños con módulos de madera y alfombras que se cubrieron con juegos y libros infantiles bajo la sombra de un toldo. Las cuentacuentos desplegaron sus habilidades durante la tarde con la alegría de muchos vecinos pequeños que lo disfrutaron como también los patines, zancos y panderetas disponibles para ellos. Al lado de éstas y sobre el pavimento, los niños intervinieron con tizas de colores bajo la guiatura de Tejiendo Visiones, quienes les hicieron incursionar además en el tejido de coloridos mandalas.

Las acciones de urbanismo táctico que se llevaron a cabo en el evento, consistieron en la propuesta de usos temporales, la ampliación de la acera frente a este espacio -mediante la toma de un canal de la calzada- con actividades gastronómicas pretendió activar un borde urbano sin usos a través de la instalación de seis camiones de Foodtrucks. Con ello, se logró reinventar el espacio tradicionalmente dispuesto como estacionamiento en la consolidación de una plaza -la Plaza San Francisco– de manera temporal, un espacio público para el disfrute de la ciudadanía y un nuevo escenario para la vida pública, reconsiderando los usos y convirtiéndolos en lugares que animan la actividad, no sólo diurna, sino también nocturna.

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En 1954, la compañía National Cash Register (NCR) le encarga su sede al arquitecto Don Hatch, un edificio ubicado en la urbanización Colinas de Bello Monte, frente al río Guaire. Su diseño posee una clara inclinación hacia la modernidad, mostrando en sus fachadas norte y sur cuatro cuerpos con ventanería de piso a techo y de pared a pared (incluyendo paños de piedra verde ubatuba), mientras que las caras este y oeste contrastan por ser casi ciegas y tener un revestimiento lateral en cerámicas policromadas, dibujadas a mano.

En homenaje al edificio NCR, hoy en día edificio Summa Sistemas, realizado por el equipo de Ciudad Reactiva, uno de los ganadores en el sector S05 Ciudad Recreativa, propone la instalación temporal de piezas construidas en metal y otros elementos, que plantean interacciones entre la edificación de Don Hatch y los transeúntes, mediante un diseño que convoca a la observación no convencional de detalles arquitectónicos del edificio y el contexto urbano. El espejo ’Mirino’, colocado en la panadería Quinteiro frente al edificio NCR, consiste en un trípode hecho con cabillas metálicas de construcción, pintadas y soldadas entre sí, que rematan en un eje que soporta dos espejos circulares convexos, colocados tangentes uno del otro, reflejando imágenes fractales de la edificación y su contexto. Por otra parte, un visor ‘Oko’, ubicado al final de la calle Oxford, consiste en otro trípode que soporta un visor en forma de embudo. El interior, se encuentra cubierto por superficies reflectantes, en un extremo con un lente que aumenta la imagen y otro que permite al usuario observar. El proyecto también incluyó la ejecución de un mural en la avenida Beethoven como parte de la recuperación de fachadas en el sector con el apoyo de nuestros aliados Haciendo Ciudad.

Acompañando a la pieza Mirino, en la panadería Quinteiro, se realizó un recital de poesía como parte de la alianza con La Poeteca, en donde los poemas fueron leídos con pausa y pasión, algunos desgarradores otros más dulces. En la cita se reunieron los destacados poetas Héctor Caldera, Kira Kiriakin y Flavia Pescifeltri, así como también una vecina que solicitó sumarse a la actividad y así leer una selección del poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde.

Finalmente, al anochecer, el estacionamiento del edificio NCR fue el lugar de una instalación lumínica denominada Plaza de Luces, la cual se formó con conos de tránsito iluminados desde su interior con bombillos, además de incluir los dispositivos del equipo Ciudad Reactiva –Mirino y Oko – para observar detalles del edificio y así poder consolidar el espacio público como una galería de arte urbana para observar la ciudad y llenarla de ‘muchos ojos en la calle’ a cielo abierto.

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Alrededor del mediodía, la calle Oxford, calle en doble “T” entre la avenida Beethoven y la Río de Janeiro, se convirtió en parte del escenario de dos actividades diferenciadas. Dagor, artista plástico y grafitero, inició la muestra al público de la intervención de un autobús por puesto de Petare con pinturas en spray en gamas lila, turquesa, amarillo, azul, gris y de líneas sinuosas en su diseño. El propósito de la intervención es darse a conocer en las zonas populares y recorrer en él parte de la colección de arte urbano con que la ciudad cuenta y en las cuales se ha visto involucrado.

En el mismo escenario de la calle Oxford, el escultor Gregorio Siem comenzaba su obra efímera con tetraedros tubulares, llenos de aire y color que dieron pie a formas triangulares y piramidales denominados “Geometrías Urbanas”, con la ayuda de adultos y niños que jugaron y disfrutaron libremente con las formas libremente asociadas. Mientras tanto, los bailarines de Infinitamente Danza se trajearon con racimos de tubulares (de 2,5 m. aproximadamente), que flotaban en sus espaldas y que amarraron cual chalecos, moviéndose al compás de sus danzas libres en versión de Hip-Hop y Break Dance.

Posteriormente, se presentaba la Compañía El Nido con “Un Día con Ella”, un número teatral cuyo motivo narrativo es la historia cotidiana de una mujer independiente y moderna, con la particularidad de estar contado a través de acrobacias y pulsadas, realizadas por una pareja de acróbatas. Entre un público diverso en edades, sexo y condiciones, ella escenificó rutinas femeninas sin poner un pie en el piso en ningún momento, haciendo contrapeso entre ambos y utilizando como apoyo el cuerpo de él, quien la mantuvo en las alturas durante toda la presentación, que conquistó al público por su simpatía y destreza.

Al caer la noche, la cauchera ‘Triangle Tires’, que hace esquina en la calle Oxford y la avenida Beethoven, al culminar sus actividades laborales ordinarias dio paso a la movida musical de la tarde, que planteaba la transformación de los espacios del estacionamiento en una concha acústica, aprovechando la morfología de la cubierta y la iluminación del lugar, para potenciar la presentación de varios grupos musicales y de danza que participaron y amenizaron el evento. Entre las agrupaciones musicales se encontraban Momento Vant, quienes presentaron la fusión de música venezolana con contemporánea; una pareja de bailarines hizo una breve presentación de Hip-Hop, impactando al público por su fluidez y agilidad de movimientos. Cerrando la noche, el grupo Bitoqueao, quienes lograron hacer bailar a todos con sus originales temas y ritmos latinos, cerraron con bongos y percusión mientras Carlos “Nené” Quintero, los acompañaba.

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Al caer la noche, el evento ‘Tres Miradas a Caracas 452’ convirtió la Avenida Beethoven de Bello Monte en un corredor de actividades superpuestas a lo largo de su trayecto con distintas proyecciones de arte visual y gráfico. Esto tiene como objetivo de hacer un reclamo sutil ante situaciones críticas -como la falta de iluminación y alumbrado público-, las cuales producen temor a los ciudadanos y han reducido los usos horarios de los espacios públicos. En la búsqueda de nuevos escenarios, se consolida la calle y sus espacios no ocupados con un nuevo trazado de usos superpuestos, con una galería urbana nocturna a cielo abierto, tornando la connotación peyorativa de la oscuridad de la noche en una condición sine qua non para que ocurra algo positivo: la proyección de imágenes y videos artísticos, sin fines de lucro y a la vista de la ciudad, tanto desde Bello Monte como desde el segundo piso de la autopista Francisco Fajardo.

Para ello, se utilizaron las fachadas de edificaciones, como el edificio San Francisco, edificio Oxford, edificio Kassel y el edificio Centro San Cristóbal, los cuales se transformaron en lienzos de soporte para la proyección de dichas imágenes, videos, cortos y documentales de la autoría de Gatobotz, Greetings Caracas, Fundación Gert Leufert, Archivo de Fotografía Urbana, Plano Creativo, Gianni Napolitano, Enlace Arquitectura, Ciudad Laboratorio y fotografías del grupo FAU/UCV con Villanueva: 6 miradas en 452. Así mismo, se realizó una sesión de cine infantil, al aire libre, con la proyección de la película “Mía y el León Blanco” con la autorización otorgada por Cines Unidos y gracias a la colaboración de Fundación Cine Jardín, para el montaje de los equipos y la pantalla.

Con una visión subversiva, CCScity450 propone la implementación de usos temporales para denunciar y reclamar, además de las huellas urbanas preexistentes, otros usos con una espacialidad diferente. Se busca que estos usos califiquen y transformen la geografía urbana y la vida social actual reducida en horas por la inseguridad, para expandir visiones de posibles escenarios con nuevos elementos o mediante activaciones con iluminación, arte y proyecciones efímeras que generen una triangulación para fomentar la permanencia de los ciudadanos y llenar de “muchos ojos en la calle” el espacio público (Jacobs, 1961).

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