Sabana Grande es uno de los corredores urbanos más importantes de la ciudad de Caracas por su posición geográfica y urbana. Con el desarrollo moderno de la ciudad y en particular la consolidación de la Plaza Venezuela, este sector se convirtió en un vecindario de uso residencial pero con gran presencia de comercios y tiendas que servían a las urbanizaciones cercanas al norte de la línea del ferrocarril como La Florida, Los Caobos y el Caracas Country Club.
Hacia los años 70 cuando se dio inicio al proceso de planificación, diseño y ejecución del sistema de transporte masivo del Metro de Caracas, Sabana Grande tuvo un rol fundamental como parada. Eventualmente se dio la oportunidad de consolidarlo a partir de un sistema de espacios peatonales definidos como un Bulevar, el cual fue considerado como una de las operaciones urbanas más relevantes de la ciudad en los años 80. Ello evidentemente cambió desde la condición residencial del sector como del tipo de comercios presentes en sus calles al punto de que con el Metro, el Bulevar de Sabana Grande se convirtió en un espacio de valor metropolitano. A partir de los años 90 se inician procesos de ocupación del lugar por vendedores informales que fueron de alguna forma controlados hasta que hacia el año 2000 comenzaron a permanecer de manera cada vez más invasiva sin mayores posibilidades de control. Hacia el año 2007 un concurso de ideas para la recuperación del lugar fue convocado por el Centro de Arte La Estancia, entre otras instituciones y actores, y a partir del cual se inició un proceso de reubicación de los ocupantes así como la reonstrucción de la infraestructura del Bulevar.
Sabana Grande. Como punto central de la ciudad, Sabana Grande es un espacio de enlace entre las dinámicas del centro, ubicado al oeste, y las urbanizaciones del este con sus nuevas centralidades como Altamira. Desde su peatonalización a principios de los años 80, se comporta como un gran espacio público para recorrer pero también para estar, el cual fue recuperado recientemente dado que el mismo había sido ocupado de forma agresiva por comerciantes informales que afectaron sus condiciones físico-espaciales y sociales.
Av. Ppal. de Bello Monte. El edificio sede de la NCR, actualmente Summa Sistemas, diseñado por el arquitecto Don Hatch y el Ing. Claudio Creamer, y ubicado sobre la Avenida Principal de Bello Monte o prolongación de la avenida Rio de Janeiro, constituyen el primer ámbito para posibles intervenciones en el contexto de Sabana Grande y Colinas de Bello Monte.
Resultan particularmente relevantes los espacios públicos tanto del frente norte del edificio hacia la Avenida Principal de Bello Monte y el Río Guaire así como los del frente sur hacia la Avenida Beethoven. En el primer caso se trata de una serie de espacios verdes que acompañan a la vía y al río Guaire, los cuales están fundamentalmente inactivos salvo por alguna parada de transporte público que obliga a las personas a cruzar la via. Otro de los aspectos resaltantes de este lugar es la visual hacia el norte que incluye tanto el viaducto del segundo nivel de la autopista Francisco Fajardo como el perfil urbano de la ciudad al norte.
En cuanto al frente sur del edificio, este se caracteriza por la presencia de un estacionamiento superficial que aporta muy poco al espacio público pero que dado su carácter privado sólo puede ser intervenido de forma temporal o efímera con alguna de las propuestas. Esto siempre y cuando ello pretenda demostrar que la relación entre el borde urbano y la calle debe construir formas de relación adecuada para los usuarios y su entorno.
Bulevar de Sabana Grande. El eje urbano de Sabana Grande que vincula a la Plaza Venezuela con Chacaíto debe ser motivo fundamental de las intervenciones que se desarrollen para reconocer piezas arquitectónicas notables del lugar. Estas son el antiguo edificio sede del Banco Unión (actualmente Banesco) y el Edificio Gran Sabana, ambos ubicados a lo largo de este importante espacio peatonal. En ese sentido las intervenciones deben vincular la experiencia del espacio público con las piezas arquitectónicas a partir del reconocimiento de sus fachadas.
En el caso particular del edificio Banco Unión, hoy día sede de Banesco, se debe potenciar su relación con la Calle El Recreo y la presencia de dos salidas de la Estación Sabana Grande del Metro de Caracas, las cuales dejan algunos espacios inactivos. Ello a pesar de la exitosa recuperación del espacio público tanto del Bulevar de Sabana Grande como de la calle El Recreo, la cual recoge grandes flujos peatonales por su vinculación con el Centro Comercial El Recreo, ubicado sobre la Avenida Casanova.
En este caso se trata de definir mecanismos que permitan mejorar la presencia de las salidas cercanas de la Estación del Metro de Sabana Grande así como las condiciones de sombra del espacio público tanto con arborización como con elementos arquitectónicos. Esto siempre sobre la base de instalaciones o estructurales temporales o efímeras que contribuyan a activar el espacio y al desarrollo de actividades culturales o recreativas para los usuarios del bulevar.
En el caso del Edificio Gran Sabana, que en una época contaba con un reconocido local comercial para una tienda de discos llamada Recordland, la intervención debe promover el reconocimiento de la fachada principal hacia el Bulevar pero también la fachada oeste, desprovista de ventanas por su carácter medianero y que por su carácter ciego puede ser objeto de intervenciones murales o plásticas
La idea
Los procesos de comunicación y las posibilidades de continuo intercambio entre los individuos y su entorno elevan a un alto potencial el valor de lo creado y del conjunto de los hechos humanos que en él se inscriben. En este sentido, quisiéramos proyectar una plataforma de difusión interactiva de las realidades urbanas, como un medio de intercambio, crítica y propuesta, que permita visibilizar nuestros conflictos y nuestras penas, así como nuestros encantos y nuestras proezas. Será un lugar para generar un aporte de interés colectivo, a partir de la sumatoria de esfuerzos particulares, en un momento en que más que nunca se hace necesario participar y construir acuerdos.
La propuesta se inscribe en el sector número 5, identificado como ciudad recreativa y en el ámbito específico del edificio NCR, diseñado por el arquitecto estadounidense Don Hatch, en Bello Monte. Está estructurada a partir de tres elementos que plantean una serie de interacciones entre el mundo construido de la ciudad, el imaginario de sus habitantes y el expresionismo del espacio virtual contemporáneo.
Las partes
Un mirador sobre el río para ver la ciudad. Unas ventanas para proyectar procesos urbanos. Una trama para soportar eventos de transformación social.
El mirador ofrece un retiro suficiente para apreciar la obra de arquitectura, sus proporciones su composición, que desde la acera, por su condición de corredor, difícilmente brinda la posibilidad de detenerse a observar el edificio. Tendrá un visor que grabará los ojos de quién se asome.
Las ventanas son proyecciones que se hacen sobre pantallas sujetadas a la fachada de la edificación donde se visualizarán distintas expresiones de la vida urbana.
La trama es una expansión bidimensional de la retícula de la fachada del edificio sobre la superficie del estacionamiento sur y la calle Beethoven.
Las dinámicas
El mirador plantea un reto, el de pararse por encima del agua y observar la ciudad desde una perspectiva inédita, que supone a su vez una confrontación con el estado actual de nuestro río. Existirá un elemento telescópico para detallar cualquier punto de la ciudad visible desde allí, y que además registrará los ojos de los curiosos para luego proyectarlos en el edificio.
Una de las ventanas ofrece hacia la fachada norte del edificio las miradas de los visitantes del mirador y genera la ilusión de que el edificio es ahora quien observa a la gente. Se produce entonces una interacción a partir de la cual un individuo encarna la arquitectura misma adquiriendo una escala existencial supra humana. La presencia de los ojos en la fachada del edificio produce asombro en los transeúntes, y expresa el sentido de visualización de la ciudad que se quiere inducir en el público a través de esta experiencia.
Otra de las ventanas, será siempre una vista del lado norte de la ciudad pero a través de la fachada sur del edificio. Esto produce un efecto de transparencia como si se le hubiese sustraído un fragmento a la edificación, generando cierta ambigüedad en la percepción del espacio, al superponer distintos planos del paisaje urbano y construir una imagen nueva de la ciudad.
Una última, será un muro virtual para publicar a través de una red social fotos, videos y comentarios con contenido de denuncia sobre realidades de la ciudad, así como ideas, propuestas y posibles soluciones sobre lo previo.
Finalmente, la trama supone la implementación de una estructura de orden que sirva como detonante de una serie de actividades planificadas por la comunidad, así como fenómenos espontáneos de apropiación del lugar. Los distintos cuadrantes de la trama conforman ámbitos de programación flexible que permiten el desarrollo de actividades y eventos para debatir sobre la ciudad y dar soluciones puntuales a necesidades del sector.
En conjunto, se trata de una plataforma de observación urbana que se construye a partir de una ficción en la que los distintos panoramas que se abren en el cuerpo de la torre evocan la posibilidad de una ciudad distinta.
Recorrer Caracas, abandonando el peso de la cotidianidad, mirar en torno, detenerse y redescubrir fragmentos de la ciudad que habíamos dado por perdidos. Este ejercicio, típico de los viajeros del mundo, puede detonar en un citadino la inspiración necesaria para apreciar la ciudad desde otra óptica, como si se tratase de un contemporáneo “flâneur” que recorren la ciudad a la deriva en búsqueda de situaciones placenteras.
Pocos espacios existen en la ciudad para verla desde la calma y permitirnos ser turistas en nuestra propia casa con el objetivo de redescubrir de nuevo esas cosas que nos pertenecen como ciudadanos. La necesidad de rescatar la relación entre el habitante y su ciudad es uno de los principales problemas a abordar para esta propuesta urbana. El objetivo es hacer de la intervención un instrumento urbano que dé la oportunidad al caraqueño de apreciar la belleza que hay en su ciudad, esa que no siempre ve, pero que está al alcance de él y de todos, esa que se percibe a través de su arquitectura.
La propuesta busca ofrecerle al peatón una nueva mirada, una visión por encima de los límites que se han consolidado en el urbanismo actual de la ciudad, brindándole una nueva perspectiva de los edificios emblemáticos y su contexto. El acto de elevar al individuo por encima del caos citadino sobre una nueva estructura permitirá que este genere un nuevo vínculo con el entorno. Esta nueva estructura se elevará permitiendo la construcción de un periscopio para Caracas que facilitará la mirada del peatón sobre la ciudad, incluso desde la acera, perfilando unos nuevos ojos en la silueta urbana.
Parte importante de esta propuesta es poner en valor los edificios emblemáticos que se encuentran en la zona a intervenir, por ello la torre se convertirá en un pequeño espacio expositivo en donde se exhibirá, para sus usuarios, información histórica de los edificios. Reforzando la visión histórica de la ciudad se quiere dar al caraqueño un sentido de pertenencia aún más profundo.
La propuesta estará compuesta por un sólido basamento que se apoyará sobre el pavimento, sin modificarlo, a través de un emparrillado modular de elementos de concreto que sostendrán la verticalidad del elemento. Este será una torre con una estructura metálica ligera que subirá lo más alto posible para mostrarnos la ciudad a través de una serie de balcones que sobresaldrán del cuerpo central de la estructura. El núcleo, además de reforzar la estructura, aportará el vacío necesario para que una serie de tubos de diferentes diámetros recreen el juego lúdico del periscopio.
El contacto con el pavimento responderá de forma efímera a las necesidades del espacio público a través de una serie de estructuras de madera que formarán una nueva topografía sobre la acera, esta podrá disfrutarse de múltiples maneras. La versatilidad del objeto y su cualidad arquitectónica pondrá en evidencia al contexto, desvaneciéndose en este sin ser protagonista. El objetivo es mostrar a los caraqueños una serie de visuales inéditas sobre la ciudad y una serie de vivencias urbanas nuevas que activen la dinámica del lugar.
El carácter temporal de la pieza concibe la estructura como una serie de elementos modulares que se ensamblarán a través de pernos, estos módulos se abren a la posibilidad de crecer más o menos en altura, acomodando así la pieza al entorno y las capacidades presupuestarias. Caracascópica será la oportunidad de mirar la ciudad, desde la acera, desde lo alto de sus balcones o reflejada en una fotografía antigua para poder rencontrarnos con ella y nuevamente apreciar sus valores.
Se presenta una propuesta de un equipamiento de uso público, ubicado en la acera norte, colindando con el cauce del Rio Guaire de la Av. Bello Monte, entre las paradas oficiales de transporte público, Estación Intercolinas y Estacion Metrobus Oxford. Con un área aproximada de 1492mt2, y cuya intervención se basa en el cambio de materialidad de la acera equivalente a 596mt2, y la integración de nuevos espacios de permanencia y transición pública con un área sumada de 101mt2. Se maneja el lenguaje tectónico de las edificaciones presentes en la acera sur de la Av. Bello Monte, para mantener el lenguaje del sector y de esta manera hacer pertenecer el proyecto a su entorno.
En su diseño arquitectónico se configuró proyectar varios módulos, entre ellos se destacan:
Módulo del Café+Parada, con un área de 49mt2, de varios niveles de techos en platanbanda ligera con alturas de 2,20mt, 2,40mt y 2,60mt respectivamente en un juego geométrico; con un frente encontrado a la acera peatonal, el cual estaría ubicado en el lado oeste del lugar, junto a la Estación Intercolinas.
Módulo de Parada, con un área de 20.5mt2, al igual que el anterior, posee diferentes niveles de techos, en las mismas alturas, dicho módulo se encuentra ubicado en la área este de la zona reforzando la funciones de la Estación Metrobus Oxford.
Módulos Informativos o Culturales, determinados en dos tipos diferentes, el pequeño, de 4,5mt2, y el grande de 9mt2, que comparten el mismo juego geométrico de techos y de alturas iguales a los demás módulos, se distribuyen en el trayecto entre las dos Estaciones de transporte público con una separación aproximada de 20ml entre ellos.
La vitrina de exposición de los módulos se proyecta en acrílico o vidrio, con una impresión en traslúcido o microperforado donde se encuentre la información pertinente en cada uno de estos. La intención es crear un recorrido donde se reflejen a través de imágenes el desarrollo y los cambios que ha vivido la ciudad de Caracas con el pasar del tiempo. El revestimiento del piso en todos los módulos y acera, será de adoquines, con junta en concreto, como se expresa en la planimetría del proyecto. Con respecto a las celosías, se proyecta en tubería metálica de 70x40mm y con 10cm de separación entre éstas, atornilladas a columnas y puntos de apoyos, según especificaciones en planimetría, con refuerzo de soldadura. Con respecto al sistema estructural, se puede acotar que se diseñó una losa de fundaciones, zapata, pedestal de concreto armado, mientras las columnas y vigas se plantean en perfiles metálicos de 100x100mm, y las vigas con perfiles metálicos de 100x40mm.
Las propuestas están basadas en el Ecotono Urbano, que es una zona de transición entre dos o más comunidades con estructuras claramente diferenciadas, aquí se produce el mayor cambio de energía; esta zona representa el espacio de máxima interacción entre sistemas limítrofes. El objetivo es recuperar espacios para uso público, promoviendo la convivencia, seguridad, inclusión y sostenibilidad.
BELLO MONTE
La tectónica del proyecto se origina al notar la falta de mobiliario existente, viéndose afectada la población que hace vida en Bello Monte, que, en predominancia, son personas de la tercera edad. Para facilitar su movilidad, se coloca una acera continua con una trama que previene al conductor sobre el paso del peatón y viceversa, esta trama se genera a partir de la geometría del edificio Summa Sistemas, desenvolviéndose a lo largo del sector a forma de huella y, a su vez, genera en el área un ecotono equitativo utilizando colores neutros, de manera tal que el cambio perceptivo sea de un bajo impacto visual y que no existan cambios radicales para los habitantes.
Se incorpora mobiliario imprescindible, como lo son las paradas de autobús, para que las personas puedan sentarse a descansar y esperar el vehículo sin verse afectados por el sol. Debido a la inexistencia de parques, plazas o espacios de esparcimiento en las áreas cercanas, surgieron las áreas “Pop-Up” tomando así, de manera itinerante, parte de la vía para realizar actividades recreativas, como juegos de mesa y bailo-terapia, además, para integrar también a los jóvenes, se incorporó la práctica de rapel, con el fin de activar la zona los fines de semana.
BOULEVAR DE SABANA GRANDE
Hay alta relevancia en los árboles, ya que cada zona del boulevard se privilegia con estos, al proporcionar belleza y beneficios como sombra y calidad de aire; en casos particulares, se desarrollan distintas actividades con los mismos, creando un entorno urbano que conecta más con la naturaleza. De acuerdo a esto, se valoró la integración de las comunidades que hacen vida en el sector, incentivando la plantación de una porción de los árboles para su beneficio.
Tomando en cuenta que la zona intervenida es recreativa, se desarrolló mobiliario urbano que invita a tener una estadía diferente en el boulevard, entre estos está “Caracas”, que cada una de sus piezas pretende tener interacción con el transeúnte y darle una entidad y esencia a la ciudad. En este sentido, surgen otras actividades para diferentes tipos de público, ya sean espacios para jugar ajedrez, pasar tiempo entre amigos, tomar café o sentarse a disfrutar del boulevard. En este orden de ideas, se hace uso de rayado táctico en las calles Negrín y Los Apamates, para advertir al conductor y al peatón que deben tener una pausa, esta trama se desenvuelve de forma gradual, a modo de predisponer el cambio de paso en la vía (calle/paso peatonal) como también cubiertas textiles que van de un árbol a otro, esto mismo se ve en la zona este y oeste del recorrido.
Finalmente se consideraron los 7 stands existentes de libros en el área oeste del boulevard, dándoles mobiliario necesario para tener una mayor organización de sus productos.
La propuesta tiene su concepto generador en la necesidad de cubrir los espacios residuales de esta importante zona de la ciudad capital, haciendo énfasis en algunos puntos importantes tanto en la dinámica espacial, como arquitectónica y sus fachadas, históricamente el boulevard de Sabana Grande desde su concepción hasta hoy, ha sufrido un proceso de cambio constante, siendo el de los últimos quince (15) años el más significativo, donde la economía informal se adueñó del mismo y como parte de la propuesta de restauración, se le devolvió a la ciudad este importante eje peatonal, haciendo uso de técnicas de dignificación del espacio público.
No obstante, el boulevard cuenta con una serie de potencialidades que aún puede ser explotada y que por no haberlas concretado, se denota en quizás esos espacios residuales que hoy posee, la propuesta que se presenta, está basada en un concepto geométrico radial, el cual contó en una primera fase con un amarre a las aristas de las edificaciones circundantes a los ejes de cruce peatonal y vehicular de la zona, los cuales son importantes, pues es la integración de las dos principales formas de movilidad de la ciudad, este primer acercamiento dejo como resultado una serie de formas tanto definidas, haciendo relación directa a la hoja de un árbol y abstractas, propias de los cruces de las circunferencias con las fachadas de los edificios de la zona.
Una vez realizado el análisis, se obtuvo un cruce y búsqueda de formas definidas, que tuviera como concepto la curva, elemento generador de la geometría radial, dando como resultado, una figura compuesta entre curvas y polígonos, pero que no dejara de lado ese toque abstracto necesario siempre en un acabado de piso que busque dinamismo.
Elección de colores y concepto de ubicación: más allá de lo antes mencionado del porque geometrizar puntos tan específicos del boulevard, se debe mencionar que también se busca crear una serie de “estaciones o paradas”, las cuales tengan un motivo específico dentro del recorrido y que inciten al peatón a querer descubrir que hay en la siguiente cuadra, todo esto resaltado en la forma resultante de la geometría y que se empieza a dilucidar como un punto focal dentro del eje de Sabana Grande y sus cruces. Los colores son el resultado de la degradación del círculo cromático, empezando la lectura desde Chacaíto que tiene un marcado amarillo relacionado con la estructura de la salida del Metro de Caracas, hasta llegar a tonos azules en Plaza Venezuela, dicho acabado de piso se plantea con un tratamiento sobre el adoquín con pIntura epoxica y posterior pintado.
El mobiliario, cada una de las “estaciones” posee este mobiliario planteado, pero se hace énfasis en la esquina de la calle el recreo, ya que en este punto se usa para darle una dinámica diferente a la movilidad peatonal y que no solo cruce la calle o salga del metro, sino que tenga una estadía en la zona, creando así un impacto directo en la reducción del espacio residual y realzando la fachada del edificio de la antigua sede del banco unión, ya que puede ser apreciada con más detenimiento y no perderse entre la silueta urbana y dinámica del boulevard, además de darle vida a los comercios que se ven afectados negativamente por la dinámica actual de dicho espacio. La forma del mobiliario está basada en curvas también, propio del concepto genera trabajando en la propuesta y cuenta con un plantío, el cual se usa para suavizar el impacto del mismo y darle un toque verde necesario en recorridos con grandes tramos.
Los límites arbitrarios construidos por las delimitaciones deben ser permeables a la movilidad de uso y usuarios, lo mismo que a la circulación de “las corrientes de la historia, la lengua y la cultura”, tanto como deben serlo los límites del texto. Así los árboles que han ido creciendo y haciendo vida y ecosistema alrededor del patrimonio edificado indican con la sombra de sus copas y el recorrido de sus ramas, hojas y flores, materializando un eclipsamiento de los límites impuestos por el parcelario.
Varias líneas manuscritas acompañan el recorrido del transeúnte, como reto adicional a los límites convencionales entre poesía y artes plásticas; funcionan como señaladores a las intervenciones urbanas al tiempo que son también contenedores de espacios para usos renovados. Nos movemos dentro de los parámetros y la unidad estética de lo moderno, donde arquitectura y urbanismo sirven de urdimbre al tejido que característico caraqueño, siendo éste, además, un tiempo histórico que fue promotor del concepto hibrido de la ciudad jardín, nombrando incluso las nuevas urbanizaciones, recientemente sembradas con innumerables especies vegetales en calles, parcelas y parques.
La selección trabajada incluye tres edificios diseñados por Donald Hatch (nos permitimos un guiño admirado frente a su eclecticismo biográfico (un boina verde que luego de acabada la guerra mundial pasa un decenio construyendo edificaciones icónicas en el trópico latinoamericano), por ello declaramos: Don Hatch was here, y aquí dejó un legado que espera ser reconocido como parte del valor patrimonial caraqueño.
Cada una de las construcciones seleccionadas hace un llamado a una solución urbanística particular: como MEMBRANA entre fachada y contrafachada, entre flujo y reflujo, entre riberas y vialidad (edificio NCR, en Colinas de Bello Monte); como ISLA con una proa rompe-ola y una popa anodina en medio de circulaciones complejas (Centro Comercial CADA de Las Mercedes); como PUENTE conector histórico entre un bloque diplomático y uno productivo, que se convierte ahora en un conector entre actividades urbanas colindantes (edificio del Ministerio de Turismo, antigua embajada de EEUU, en La Floresta). Todavía más su posible conexión con el parque La Estancia.
Hemos decidido valorizar el texto arbóreo, que atraviesa líneas sobre el mapa, haciendo evidente su porosidad: así como su ramaje y la sombra de su copa funcionan como trama viva que atraviesa bordes, límites, rejas y se extienden por encima de los límites; de la misma manera, por debajo, el sistema radical invisible copia la extensión de la copa. Así, reproducir sobre el piso la sombra de las copas (con vidrio molido pulido, por ejemplo) hace aflorar las raíces, nos hace caminar entre esas dos nubes.
La permeabilidad a nuevas conexiones que Conde exige para los objetos arquitectónicos –y urbanísticos—se elabora en esta propuesta incorporando el texto poético como parte y plataforma de la unidad urbanística, hebra que pespuntea recorridos con “intervenciones blandas” (de bajo impacto) que multiplican los grados de significación en el usuario del espacio urbano.
Los costos estimados para dichas intervenciones se ajustaran a los recursos disponibles para su ejecución, siempre garantizando maximizar intervenciones construidas de alto impacto conceptual. ente apreciar sus valores.