En su reciente tesis doctoral sobre el problema de la vivienda en Venezuela, Luis Eduardo González concluye que existe una tremenda necesidad habitacional insatisfecha de cerca de dos millones de nuevas viviendas y no menos de un millón a ser reconstruidas. Adicionalmente, tan solo en Caracas, “[s]e registran 8.659 matrimonios al año, lo que implica la formación de nuevos hogares que demandan una vivienda.” Cuando los gobiernos no pueden satisfacer esta demanda, los pobladores recurren a la autoconstrucción para solucionar su problema, lo que suele redundar en una expansión descontrolada de áreas autoconstruidas sobre todo en la periferia de la ciudad.
Históricamente, “[e]l proceso de urbanización generó necesidades y demandas con una rapidez que claramente tendía a exceder la capacidad del país para satisfacerlas con la misma velocidad con la que aparecían.” La más reciente iniciativa residencial a gran escala, la Gran Misión Vivienda Venezuela, no solo está lejos de cubrir las necesidades de vivienda de la población de la capital, sino que −para promover la construcción masiva y acelerada de viviendas− generó el despliegue de mecanismos jurídicos para viabilizar la expropiación de terrenos.6 Eligiendo, en su gran mayoría, terrenos planos y no construidos como estacionamientos, la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, el Complejo Militar de Fuerte Tiuna y, la zona anteriormente dedicada al manejo de desechos sólidos entre Las Mayas y Tazón (Ciudad Tiuna II).
Caracas, a sus 450 años, no está preparada para atender a su población y mucho menos a la que está por venir. Mientras tanto, La Rinconada está cada día más próxima a ser ocupada, sea por sectores autoconstruidos o iniciativas gubernamentales que buscan terrenos no construidos donde intervenir.
Nuestra propuesta no trata de menospreciar la intervención y valoración del espacio público, lo que planteamos es que el presupuesto disponible sea utilizado para avivar la corta memoria colectiva a través de imágenes que reproduzcan puntos importantes del futuro tendencial hacia el que nos dirigimos. La creación y gestión de intensivas fuentes de información in situ, en los lugares seleccionados, pero también a través del espacio público virtual que hoy en día agrupa a los diferentes estratos sociales como alternativa a la inseguridad y la violencia.