S03_M02

Equipo: COROTOS

Juan Carlos Parilli - Arquitecto
Jose Alejandro Santana - Arquitecto
Andres Aleman - Arquitecto
Andys Piñate - Arquitecto

 

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Caracas a veces se rompe, pierde la continuidad. En esos sitios desconectados, en esas brechas, el deseo ciudadano de movilidad y la inteligencia colectiva suelen resolver el obstáculo, no siempre como se quiere, pero inevitablemente como se puede. En muchas ocasiones la solución, espontánea, difícil y heterodoxa, produce lugares de gran valor, lugares que vale la pena resaltar.

 

La Calle San Julián, de la Urbanización Santa Rosa, remonta un desnivel de 27 metros desde el acceso de la Estación de Metro Colegio de Ingenieros, en la Avenida Libertador, al sur, hasta toparse con la Avenida Andrés Bello, al norte. Al final de la subida se produce un escalón de 2.7 metros que hay que salvar para llegar a la avenida. Actualmente un sistema de rampas y escaleras, sencillo pero eficiente, permite superar este obstáculo al torrente de peatones que circula entre ambas vías. Las rampas y las escaleras pintadas de rojo, el pavimento levantado por las raíces de antiguos caobos y un destartalado kiosko donde se vende lotería de animalitos, componen un espacio agradable, deteriorado y dinámico que es, al mismo tiempo, principio, final y etapa intermedia de varios recorridos. Desde este sitio se consiguen vistas privilegiadas del sur del valle de Caracas y del Hospital Ortopédico Infantil, edificio emblemático del sector. Nuestra propuesta aprovecha esta condición ambigua e interesante del lugar, un espacio de estar que es también conexión, un ámbito de circulación en el que la gente suele quedarse y permanecer, un comercio de escalera, una rampa balcón, una palestra de paso. Hemos organizado el nuevo y sencillo conjunto reinterpretando las piezas urbanas que existen, reorganizándolas y procurando una imagen diferente a la que actualmente se percibe, buscando una nueva materialidad, mutando sin exagerar, tratando de respetar las valiosas condiciones ambientales y espaciales existentes.

 

El sistema de rampas y escaleras se presenta como una pieza tallada de concreto a la vista. Esta pieza, esculpida a partir de la lógica funcional de la circulación peatonal, rodea y abraza un volumen de planta rectangular que es a la vez kiosco y balcón. A nivel de la Calle San Julián el volumen se abre como un pequeño comercio. A nivel de la Avenida Andrés Bello el techo del volumen se convierte en terraza y mirador, un lugar desde el que puede observarse el edificio del hospital y el sur de la ciudad. El pavimento de la terraza-balcón, ligeramente elevado sobre el nivel de la acera, se construye con acero corten para diferenciarlo del entorno inmediato y darle valor al espacio. Bancos tallados en concreto ofrecen la posibilidad de descanso y contemplación. Un plano de cristal, en el que se imprime información sobre el hospital, el sector y la ciudad se convierte, simultáneamente, en límite, cartelera y ventana. Desde la terraza, a través del vidrio, se entiende el lugar y la arquitectura, se observa el edificio, se reconstruye la memoria y se ubica al espectador. Un árbol, una Acacia Flamboyant, contribuye a calificar el sitio, dialoga con los antiguos árboles existentes y pone a la naturaleza, valor fundamental de Caracas, en primer plano.

 

Caracas a veces se repara, inventa soluciones a problemas que pertenecen a su geografía, resuelve con espontaneidad para seguir existiendo y funcionando, lo hace como hace Caracas las cosas, rotundamente, con alegría y sin complejos. Nos hemos apoyado en una solución interesante, sencilla y eficiente, tratando de mejorarla, respetando sus valores y aciertos. Hemos tratado de interpretar uno de estos casos en los que la ciudad nos da, al mismo tiempo,  una lección y una oportunidad