RENATURALIZAR LO ARTIFICIAL

INSUFICIENCIA

El modelo de ciudad que sustenta la UCV enaltece el tráfico (en vehículo o a pie) porque considera que las aceras y las calzadas son sólo espacios destinados al desplazamiento: contempla dichas infraestructuras exclusivamente para ir de un lugar a otro. Sin embargo, no es suficiente garantizar la movilidad, urge también asegurar la posibilidad de relación; es decir, todos aquellos derechos relacionados al ocio, el deporte, el juego, la cultura. Tenemos el verde, tenemos las calles, tenemos los estacionamientos, tenemos las aceras (más o menos buenas) pero es imperante que surjan espacios públicos alrededor de algunos edificios como el Hospital.

ESTERILIDAD

La reglas nocivas de zonificación, implícitas en dicho modelo de ciudad, esterilizaban, regimentaban y vaciaban de contenido los espacios libres verdes. No obstante, toda esa amplia porción de espacios tendrá sentido si la gente le da vida, de lo contrario continuarán siendo continentes de la nada degradándose.

PARADOJA

Contradictoriamente, lo que nos atrae de la imagen de la Ciudad Verde universitaria es ese bosque por el que nos desplazamos ajenos a la presencia de unos edificios que, repartidos aquí y allá, pasan desapercibidos, ocultos por el espesor de un follaje que poco parece haber interesado inicialmente. Esta desviación de la mirada entre fondo y figura, desplaza el interés hacia los arboles, hacia la protección que nos ofrecen bajo sus copas.

 TERRITORIO OCUPADO

Así, sombra, cobijo y cercanía al Hospital son las causas que han ido instaurando verdaderos espacios de ocupación bajo los árboles.

ARTIFICIALIZAR LO NATURAL

Consolidarlos implica entonces introducir algunos elementos y accesorios en la naturaleza que faciliten la conversación, el encuentro, el descanso. En primer lugar, sustituir algunas superficies de plantación con pavimentos permeables permitirá proteger las superficies vegetales, garantizando la permeabilidad del terreno para el mantenimiento de las especies que deben ser saneadas.  Estableceremos así la adecuada transición ambiental entre la ciudad y los árboles.

RENATURALIZAR LO ARTIFICIAL

Como contrapartida, sustituir algunos mantos de asfalto por adoquines con grama contrarrestará el dominio mono funcional de los estacionamientos, transformándolos en áreas susceptibles de utilizarse diversamente por las personas durante los fines de semana, cuando casi no hay automóviles.

DESPILFARRO

Entre ellas, las explanadas de asfalto Este y Oeste constituyen el primer activo derrochado en el entorno del Hospital que proponemos rehabitar; incapaces como son actualmente de satisfacer otras necesidades, y mucho menos atraer a la gente en sus ratos de ocio y/o espera.

DEMANDA

Responderemos así a solicitudes específicas con espacios disponibles para aquellos empleados del Hospital que reiteradamente manifiestan la necesidad de contar con lugares donde practicar deportes, así como también de equipamientos infantiles donde entretener a sus hijos durante las vacaciones escolares, o cuando no les queda más alternativa que traerlos consigo al trabajo. Lugares también donde poder sentarse a comer, considerando que hace algunos años fue clausurado el comedor de empleados y las cafeterías que funcionan dentro del Hospital son insuficientes.

 SEGURIDAD

En sectores similares de lugares semejantes, se dan rotundas diferencias respecto a la seguridad pública. Todos lo sabemos: una calle poco concurrida probablemente es insegura. Existen ojos que miren sobre ella desde los balcones del Hospital pero hace falta gente que transite. En tal sentido, el problema podría solventarse solucionando simultáneamente otro anomalía: es preciso reubicar y concentrar en una misma zona las paradas de autobuses, desvinculándolas de la calle de acceso a la Emergencia. De este modo, acondicionar una acera de la calle norte como zona exclusiva de parada eliminaría eventuales conflictos con las ambulancias y aumentaría la concurrencia de personas en la calle más insegura.