El proyecto para el Hipodrómo La Rinconada fue desarrollado para el Gobierno Nacional de Venezuela a través del Ministerio de Agricultura y Cría con el objetivo de sustituir la vieja estructura del hipodrómo en El Paraíso, ya que resultaba insuficiente para los requerimientos del hipismo nacional.
Su ubicación en los terrenos más remotos de la población de El Valle afianzó el desarrollo de proyectos de viviendas sociales en este sector de Caracas, así como de grandes infraestructuras militares como la Academia Militar de Venezuela y el Fuerte Tiuna, dispuestos a lo largo del río El Valle.
En las inmediaciones del Hipódromo se ubicó el reconocido Poliedro de Caracas (1972-74), un proyecto del arquitecto Walter James Alcock, concebido desde el punto de vista estructural a partir de las características soluciones del ingeniero estadounidense Buckmister Fuller (Synergetics, Inc.). Esta edificación ha funcionado como espacio deportivo, cultural, y eventos de usos múltiples en general, capaz de congregar a grandes cantidades de personas.
La Rinconada. Este sector se caracteriza por la existencia de relevantes equipamientos culturales, deportivos y recreativos, así como la presencia de una importante estación de trenes de alcance regional. Entre ellos destacan el Poliedro de Caracas y el Museo Alejandro Otero.
La Rinconada. Este sector es uno de los más remotos de la ciudad, que a la vez que incluye una de las piezas arquitectónicas más simbólicas por su escala y notable diseño del conjunto de obras diseñados por arquitectos norteamericanos en Venezuela. Es a su vez, una de las puertas de entrada más importantes a la ciudad por la presencia de la estación de trenes que conecta a las poblaciones de los valles del Tuy. Ello implica que se trata de un lugar por el que transitan muchas personas pero que en pocas ocasiones tienen la oportunidad de detenerse a contemplar los valores arquitectónicos de la estructura que permaneció en desuso por varios años y recientemente se ha intentado recuperar y reutilizar.
El reto de esta intervención radica en como potencial la relación entre ambas estructuras, Hipódromo y Estación, a efectos de valorar el espacio público abierto entre ellas como lugar de encuentro. Posiblemente se trate de una intervención que permita disponer elementos que generan tensión entre ambas estructuras así como con el Poliedro de Caracas, espacio fundamental para actividades de carácter cultural, deportivo y recreativo de la ciudad, diseñado por el arquitecto Jimmy Alcock.
Otro de los aspectos claves de esta intervención debe ser mejorar la relación entre el conjunto monumental antes descrito y las comunidades que hacen vida en el Sector Las Mayas, populoso barrio popular de la ciudad que se ubica justo a la entrada del recinto del futuro Parque Hugo Chávez. Esto por cuánto la avenida principal de este sector es fundamentalmente de carácter vial y carece de infraestructuras para mejorar la conectividad peatonal con la estación del ferrocarril y el metro. Próximo a este lugar se ubican usos públicos determinantes como el Museo Alejandro Otero, lugar referencia de actividades culturales al sur de la ciudad y que a pesar de su aislamiento ofrece algunos lugares públicos o espacios verdes de gran potencialidad.
Es importante volver a considerar la ciudad como el resultado de la “construcción” de todos, y el espacio público como el lugar donde este proceso pueda tener lugar. Los espacios resultantes del vacío generado entre las grandes edificaciones estructurantes del lugar de intervención, (Hipódromo, estación, poliedro, museo) son considerados como espacios intermedios, la propuesta busca intuitivamente activar estos espacios intermedios con objetos que interactúan, se fusionan, se camuflan o conviven con su entorno, ese lugar de encuentro donde los conflictos individuales se convierten en comunes.
Sin embargo la propuesta ataca también una escala superior; que busca solventar el problema del flujo vehicular, que afecta las actividades del espacio intermedio. Surge entonces la idea de socavar la calle que va al poliedro, creando sobre ella un espacio público al pie del talud, el resultado es una gran plaza que amalgama las actividades de los grandes equipamientos del sector, construyendo así más espacios para el peatón.
Esta gran plaza funciona como lugar de esparcimiento y desahogo en los momentos donde se producen eventos y en conjunto con los objetos producen nuevas dinámicas e involucran a una gran cantidad de usuarios de los diversos equipamientos así como a los habitantes del sector. Los objetos entonces son un catalizador de los diversos usuarios y crean experiencias nuevas dentro del espacio. De igual manera, los objetos servirían a la comunidad como mobiliario urbano, equipando el espacio público con graderías, bancos, juegos, piezas para exhibición, antenas wifi, luminarias, puntos eléctricos para carga.
La idea se compone de dos fases de ejecución una a corto plazo que contempla la ejecución de los objetos y una a largo plazo donde se considera la obra más grande que es el socavamiento de la vía y la construcción de la gran plaza.
En su reciente tesis doctoral sobre el problema de la vivienda en Venezuela, Luis Eduardo González concluye que existe una tremenda necesidad habitacional insatisfecha de cerca de dos millones de nuevas viviendas y no menos de un millón a ser reconstruidas. Adicionalmente, tan solo en Caracas, “[s]e registran 8.659 matrimonios al año, lo que implica la formación de nuevos hogares que demandan una vivienda.” Cuando los gobiernos no pueden satisfacer esta demanda, los pobladores recurren a la autoconstrucción para solucionar su problema, lo que suele redundar en una expansión descontrolada de áreas autoconstruidas sobre todo en la periferia de la ciudad.
Históricamente, “[e]l proceso de urbanización generó necesidades y demandas con una rapidez que claramente tendía a exceder la capacidad del país para satisfacerlas con la misma velocidad con la que aparecían.” La más reciente iniciativa residencial a gran escala, la Gran Misión Vivienda Venezuela, no solo está lejos de cubrir las necesidades de vivienda de la población de la capital, sino que −para promover la construcción masiva y acelerada de viviendas− generó el despliegue de mecanismos jurídicos para viabilizar la expropiación de terrenos.6 Eligiendo, en su gran mayoría, terrenos planos y no construidos como estacionamientos, la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, el Complejo Militar de Fuerte Tiuna y, la zona anteriormente dedicada al manejo de desechos sólidos entre Las Mayas y Tazón (Ciudad Tiuna II).
Caracas, a sus 450 años, no está preparada para atender a su población y mucho menos a la que está por venir. Mientras tanto, La Rinconada está cada día más próxima a ser ocupada, sea por sectores autoconstruidos o iniciativas gubernamentales que buscan terrenos no construidos donde intervenir.
Nuestra propuesta no trata de menospreciar la intervención y valoración del espacio público, lo que planteamos es que el presupuesto disponible sea utilizado para avivar la corta memoria colectiva a través de imágenes que reproduzcan puntos importantes del futuro tendencial hacia el que nos dirigimos. La creación y gestión de intensivas fuentes de información in situ, en los lugares seleccionados, pero también a través del espacio público virtual que hoy en día agrupa a los diferentes estratos sociales como alternativa a la inseguridad y la violencia.
El área de intervención del proyecto representa un sector de enorme potencial pero de diversos contrastes y contradicciones funcionales y espaciales. El sector tiene una serie de elementos aislados y no interconexos entre sí que se han venido desarrollando en diferentes periodos de tiempo y con criterios proyectuales independientes (estación de trenes, estación de autobuses, Hipódromo, Poliedro, Estadio de Béisbol, Museo Otero etc.). , con lo cual hace falta generar intervenciones urbanas de amalgamiento de cada una piezas. Este espacio debe entenderse como remate espacial y de servicios del eje Coche Las Mayas, con lo cual se requiere revitalizar y cohesionar las diferentes elementos. Se han realizado intervenciones recientes (ciclo vías y bulevares) pero que no terminan de ensamblar como un todo el conjunto. Nuestra propuesta de actuación plantea para cada ámbito lo siguiente:
Ámbito 1.
Existe un gran desnivel entre el espacio de acceso al Hipódromo con lo cual proponemos desarrollar una plataforma (plaza) que permita integrar la parada de autobuses y la estación intermodal con el Hipódromo, ya que este queda aislado por el desnivel y por las rejas de seguridad del conjunto. Esta plataforma sería una gran “terraza” contemplativa principalmente del edificio del Hipódromo, definitivamente el edificio de mayor relevancia arquitectónica de todo este conjunto.
Ámbito 2
Se plantea una solución topográfica a través de un muro de contención que plantee un eje que conecte los diferentes elementos del lado sur del sector Las Mayas: Viviendas, iglesias, parque verde, etc. Esto permitiría conexión de ellos entre sí, y a su vez se plantean dos puentes aéreos que permitan conectar a nivel aéreo todo este sector, actualmente separado por el paso de una autopista de acceso a todas las dependencias bastante agresiva para en uso peatonal. Estos “puentes” o pasarelas llegarían a una gran plaza a nivel de tratamiento de piso que buscarían resaltar los elementos cercanos a su área de confluencia: Museo Alejandro Otero y parque conexo.
Se plantea en este sentido, una red de espacios públicos interconectados entre sí a nivel de pequeñas intervenciones locales y de gran impacto urbano al poder conformar una red de espacios confluyentes con el resto de espacios de la ciudad.